
“Un Nuevo Rumbo para la Escuela Nº 17 en Colegiales: Una Lucha por la Diversidad y la Democracia”
En un gesto de empoderamiento comunitario y firme compromiso con los valores de inclusión y respeto, los vecinos del pintoresco barrio de Colegiales se han unido junto a legisladores porteños para presentar un proyecto de Ley que busca transformar la realidad de la Escuela Primaria Nº 17, ubicada en la calle Enrique Martínez 1432. El motivo de este cambio radica en la historia y el nombre actual de la institución, el cual hace referencia al Monseñor Gustavo Franceschi, una figura religiosa que dejó una sombra de sentimientos antisemitas y apoyo al primer golpe de estado argentino.
La iniciativa es liderada por la Cooperadora de la Escuela Nº 17, quienes, movidos por el deseo de promover un espacio educativo que refleje los valores de pluralidad y tolerancia, han puesto en marcha este esfuerzo para cambiar el nombre de la escuela. La designación actual, impuesta en 1967 durante la dictadura militar de Juan Carlos Onganía por el Consejo Nacional de Educación de la época, conmemora al Monseñor Franceschi, cuyas conexiones con un grupo de sacerdotes apoyaron el primer golpe de estado en Argentina.
La historia de este líder religioso está teñida de declaraciones y posturas que revelan una marcada actitud antisemita y ausencia de convicciones democráticas. Su enfoque negativo hacia la comunidad judía lo llevó a acusar a las personas de origen judío de explotar económicamente a otros países y lo condujo a considerar a este grupo como un enemigo interno de la nación. Sus puntos de vista antidemocráticos también eran evidentes, ya que desestimaba la voluntad del pueblo como un factor que debilitaba al gobierno, lo que, en su opinión, abría la puerta a regímenes autoritarios y dictatoriales.
La lucha por el cambio de denominación se encuentra respaldada por un minucioso estudio elaborado por la Cooperadora de la Escuela Nº 7, el cual fue presentado ante la comunidad educativa, los vecinos y los legisladores porteños. Su objetivo es reemplazar el nombre actual de la escuela y, en su lugar, promover una denominación que encarne la diversidad y la democracia. Esta propuesta ha obtenido el apoyo del presidente de la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas), subrayando la necesidad de fomentar un ambiente escolar que celebre la inclusión y la convivencia.
Desde el año 2018, cuando un grupo de padres del barrio alzó su voz, esta demanda por el cambio de nombre ha ido ganando fuerza. Estos ciudadanos, con valentía y determinación, se han opuesto a rendir homenaje a una figura que representó actitudes que contradicen los valores fundamentales de una sociedad diversa y democrática. Ahora, el siguiente paso es la votación en la Legislatura porteña, donde se espera que se apruebe el cambio y se elimine el nombre del clérigo de la Escuela de Colegiales, abriendo una nueva puerta hacia un futuro educativo más inclusivo y armonioso.