
Hace un año, la Ciudad de Buenos Aires se convirtió en la primera jurisdicción del país en regular el uso de celulares en las escuelas, con el objetivo de reducir las distracciones y recuperar la concentración en el aula.
La decisión, que en su momento generó debate, hoy muestra resultados positivos: 7 de cada 10 alumnos de primaria y 6 de cada 10 de secundaria afirman que prestan más atención en clase, aprenden mejor y disfrutan más de los recreos conversando entre compañeros.
El Gobierno porteño destacó que la iniciativa no busca excluir la tecnología del proceso educativo, sino reorientar su uso para que sea un verdadero aliado del aprendizaje y no un obstáculo.
A un año de su implementación, la experiencia abre camino a nuevas estrategias pedagógicas que combinan innovación, bienestar y una mejor calidad educativa para todos los estudiantes.