
En la antesala de la destacada Cumbre Mundial de Alcaldes del C40, el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, inspeccionó personalmente el avance de los trabajos en el icónico Puente de la Mujer. Esta visita tuvo lugar el día lunes, marcando una renovación trascendental para esta estructura desde su inauguración en diciembre de 2001. Gracias a la innovadora recuperación de 100 mil “botellas de amor”, se ha llevado a cabo la sustitución del piso original de madera por un revestimiento de madera sostenible. En la actualidad, los esfuerzos se centran en fortalecer la pintura en el mastil de casi 40 metros de altura.
El Puente de la Mujer, símbolo del elegante baile del tango en forma de pareja, reside majestuosamente en Puerto Madero. Este barrio, desde su fundación, rinde homenaje en sus calles a mujeres influyentes de la historia argentina.
“En el camino hacia la Cumbre Mundial de Alcaldes del C40, estamos revitalizando el Puente de la Mujer con la aplicación de madera plástica reciclada. Este enfoque sostenible y respetuoso con el medio ambiente busca elevar uno de los espacios más emblemáticos de nuestra Ciudad. El cuidado de los espacios públicos y de nuestros destinos turísticos es esencial para el bienestar integral de las personas y para estimular el turismo en Buenos Aires”, resaltó Rodríguez Larreta durante su visita. Acompañándolo estuvieron la subsecretaria de Mantenimiento Urbano, Lucrecia Panizoni, y el jefe de Gabinete del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, Juan Ignacio Salari.
Esta renovación integral responde al compromiso de optimizar la experiencia de quienes viven y visitan la Ciudad. En palabras del propio Rodríguez Larreta: “Queremos que todos puedan disfrutar al máximo de los espacios que nuestra Ciudad brinda para pasear, ejercitarse y explorar los enclaves culturales emblemáticos”.
La urgente necesidad de esta transformación se debe al agotamiento del 70% del pavimento de madera debido al constante tráfico peatonal. Esta situación se exacerbó por la corrosión de la estructura inferior del piso y la aflojada fijación de los tornillos. Adicionalmente, el desgaste de la pintura era notorio, incluso en el majestuoso mástil de 40 metros de altura.
El Puente de la Mujer, con más de 1.000 toneladas de acero y hormigón blanco, ha sido concebido como un símbolo icónico y funcional. Su habilidad giratoria en 90 grados, facilitando la navegación de las embarcaciones en el dique, es uno de sus rasgos distintivos. Como parte de su carga, puede soportar hasta 4.100 personas, equivalente a 400 kg/m2.
Manteniendo un enfoque integral, se implementan de forma regular labores de mantenimiento profundo, abarcando aspectos tales como la limpieza a fondo, las reparaciones estructurales y mecánicas, y la modernización de la iluminación. En resumen, la restauración del Puente de la Mujer no solo refleja una mejora estética, sino también el compromiso con la preservación de los espacios públicos y el arraigo de las raíces culturales de la Ciudad de Buenos Aires.
