
El jefe de Gobierno envió un proyecto a la Legislatura porteña para que la estación Catedral de la línea D pase a llamarse “Catedral – Papa Francisco”, en reconocimiento al primer Sumo Pontífice argentino y a su profundo vínculo con la Ciudad de Buenos Aires.
La iniciativa busca destacar no solo su figura como líder espiritual a nivel global, sino también como vecino porteño, cercano, discreto y comprometido. Antes de ser elegido Papa, Jorge Bergoglio recorría a diario las calles de la Ciudad, viajaba en subte y saludaba con humildad a quienes se cruzaban con él en los andenes de la línea D rumbo al Arzobispado o la Catedral Metropolitana.
“Este gesto es más que un nombre: es una manera de mantener viva la memoria de un hombre que, desde la sencillez, supo construir puentes de diálogo, paz y encuentro”, señalaron desde el Ejecutivo.
El cambio propuesto tiene un profundo valor simbólico, sobre todo para las generaciones futuras. Cada paso por esa estación será una oportunidad para recordar que, alguna vez, entre los pasajeros, viajó alguien que dejaría una huella imborrable en la historia del mundo.