
En una jornada marcada por la valentía y la determinación, la Policía de la Ciudad ha unido fuerzas con organismos gubernamentales en un acto de redención en el corazón de Flores. Un procedimiento audaz ha llevado al cierre y clausura de un sombrío prostíbulo, liberando a nueve mujeres de sus cadenas y desafiando la oscuridad que acecha en las sombras.
En el epicentro de esta misión se encuentra la División Trata de Personas, una fuerza dedicada a la protección y la justicia. Con la cooperación de la Oficina de Coordinación Operativa del Cuerpo de Investigaciones Judiciales, la Unidad Operativa de Fiscalización Integral y la Dirección General de la Mujer Área de Trata, se desplegó un acto de coraje en una casa de citas anónima en la avenida San Pedrito.
Bajo la guía del Departamento Delitos Contra las Personas de la Policía de la Ciudad, los agentes ingresaron al oscuro recinto, rescatando a nueve mujeres, cada una un alma atrapada en las garras de la explotación. Junto a ellas, dos hombres, presuntos guardianes de la oscuridad, y un portero de 43 años, todos ahora enfrentan la luz de la justicia.
La Fiscalía en lo Penal Contravencional y de Faltas Número 4, dirigida por el doctor Mauro Andrés Tereszko y la Secretaría de la doctora Carelli, intervino con sabiduría y determinación. Las mujeres, liberadas de sus ataduras, fueron acogidas por el personal de Rescate de la Ciudad, guiando sus pasos hacia un nuevo amanecer.
En lo que respecta a los hombres responsables, la ley habla con firmeza. Las acusaciones y notificaciones se han presentado en virtud del artículo 17 de la Ley 12.331, una advertencia de que la oscuridad no será tolerada.
El último acto de este drama vio el cierre y bloqueo del inmueble, una acción enérgica llevada a cabo por la Agencia Gubernamental de Control. En un instante, lo que una vez fue un refugio de explotación se ha convertido en un símbolo de resiliencia y justicia.
Flores, testigo de esta valiente redención, brilla con un resplandor renovado. Las almas liberadas y la fuerza unida de la comunidad y la justicia han transformado una casa de pesares en un símbolo de esperanza. En la oscuridad, una luz ha brillado, y la Policía de la Ciudad lidera el camino hacia un futuro más brillante y justo.
