
En un esfuerzo decidido por proteger a sus ciudadanos, Buenos Aires ha desplegado cinco nuevos bastiones en la batalla contra el Covid-19. Un abrazo de esperanza se teje entre las paredes de estos centros de vacunación, dispuestos a enfrentar la pandemia de lunes a viernes, con la precisión de un reloj y el compromiso del alma.
El martes vio el primer destello de esta nueva estrategia con la inauguración de la posta en Palacio Lezama. Un día después, los vientos de cambio soplaban en el Templo Budista, donde las agujas del tiempo marcaron el comienzo de una nueva era de protección y sanación. Pero eso no es todo: los próximos días auguran la llegada de los valientes centros en Corralón Floresta, Parque Chacabuco y La Rural, cada uno de ellos como un faro de esperanza en tiempos oscuros.
Estos nuevos bastiones se unen a los ya existentes, formando un ejército unido contra el virus. Desde el Museo de Arte Español Enrique Larreta hasta el ex Detectar Devoto, la ciudad se levanta como un muro impenetrable de cuidado y atención médica. Y en el corazón de esta lucha está el Ministro de Salud, Fernán Quirós, cuya voz resonante ha marcado el camino con claridad y determinación.
El ministro enfatizó la resiliencia de Buenos Aires, señalando la fluctuación de casos que se alza y se desvanece, sin causar daño duradero gracias a la naturaleza leve de la mayoría de los contagios. Pero en su mirada, la joya de la corona sigue siendo la campaña de vacunación. Es una armadura de protección, una herramienta que recubre a la ciudad con una barrera inquebrantable contra el virus.
Esta cruzada de vacunación se rige por un orden estratégico. Tres grupos son la vanguardia de la batalla: los mayores de 50 años cuyas últimas dosis tienen más de cuatro meses, los mayores de 12 años con inmunidad comprometida y aquellos que aún esperan el refuerzo que completa su armadura.
El horizonte se ilumina con planes concretos y acciones valientes. Estos nuevos centros de vacunación se alzarán de lunes a viernes, hasta el último día del año. Los fines de semana y feriados, la maquinaria no se detiene, ya que los centros existentes siguen su labor sin interrupciones.
La Ciudad se moldea según las necesidades del presente, una narrativa de adaptación constante. En una semana, más de 56.000 personas se han unido a la danza de vacunas, con 9.722.367 dosis ya inyectadas en los brazos de sus ciudadanos. Una sinfonía de cuidado y determinación se despliega en el escenario de Buenos Aires, en un esfuerzo por sanar y proteger. Y mientras las nuevas postas despliegan sus brazos acogedores, la ciudad se prepara para un futuro donde la salud y la seguridad son pilares inquebrantables.