
Ante el creciente impacto de la tecnología en la vida cotidiana de chicos y chicas, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires puso en marcha un plan con medidas concretas para acompañar a las familias y fortalecer el bienestar emocional en las etapas más sensibles del desarrollo.
Uno de los pilares de esta nueva estrategia es Escuela en Familia, una plataforma digital de acceso gratuito que ofrece herramientas a madres, padres y cuidadores para afrontar desafíos actuales como el bullying, la violencia digital, los trastornos alimentarios y el uso excesivo de redes sociales. Los contenidos fueron elaborados y validados por especialistas, con un enfoque práctico y empático que busca brindar apoyo sin juicios, en un entorno seguro. La propuesta está orientada a llegar a las más de 750 mil familias que tienen hijos en edad escolar.
La segunda iniciativa apunta directamente al abordaje de la salud mental y el neurodesarrollo. Se estima que en la Ciudad hay más de 27 mil menores que no reciben atención médica ni seguimiento. Frente a este escenario, se impulsará una búsqueda activa para brindarles contención, ampliando la oferta de turnos y reforzando los equipos profesionales. El objetivo es claro: alcanzar 4.400 turnos mensuales en neurodesarrollo y más de 1.200 en salud mental adolescente, con una inversión sostenida en recursos humanos capacitados.
A esto se suma una política firme contra la ludopatía juvenil, que ya logró bloquear más de 2.000 sitios ilegales de apuestas en línea y promueve sistemas de verificación biométrica para impedir el acceso de menores. También se avanza en acciones legales contra influencers que fomentan el juego online entre jóvenes.
Desde el gobierno porteño aseguran que estas decisiones responden a una realidad que no puede ser ignorada: altos niveles de desconexión emocional, dificultades para manejar las emociones y una preocupante dependencia de las pantallas. Con la convicción de que actuar a tiempo marca la diferencia, remarcan que estas medidas no son respuestas aisladas, sino parte de una política pública sostenida, que busca construir comunidad y cuidar a las nuevas generaciones.
“Lo que está en juego es el bienestar de los chicos. No hay espacio para la indiferencia”, sostienen desde la gestión local.