
El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha reforzado su política de compactación de vehículos abandonados con el objetivo de mejorar el orden, la limpieza y la seguridad en los barrios. Los autos que permanecen en las calles durante meses, en estado de deterioro, no solo representan un obstáculo para la movilidad y la estética urbana, sino que también son un riesgo para la salud pública, ya que pueden acumular agua y convertirse en focos de criaderos de mosquitos transmisores del dengue.
En lo que va del año, la Ciudad ha compactado cerca de 1.200 autos abandonados, con un promedio de más de 200 vehículos por mes. Este trabajo se ha intensificado en respuesta a las demandas de los vecinos, que buscan calles más limpias y seguras, libres de estos vehículos en desuso que muchas veces se convierten en focos de inseguridad y desorden.
Una medida en favor del medio ambiente y la salud
La compactación de autos no solo tiene un impacto positivo en el paisaje urbano, sino que también es una medida preventiva en términos de salud. Los vehículos abandonados suelen acumular agua de lluvia, creando un ambiente ideal para la proliferación del mosquito Aedes aegypti, vector del dengue, una enfermedad que afecta de manera recurrente a la población porteña. El retiro y la compactación de estos autos ayudan a reducir los riesgos asociados a la propagación del virus, especialmente en los meses de calor, cuando el mosquito encuentra condiciones óptimas para reproducirse.
Cómo denunciar un auto abandonado
El éxito de este plan de compactación depende también de la colaboración de los ciudadanos. Los vecinos que detecten un vehículo abandonado en su barrio pueden reportarlo a través de los canales oficiales, llamando al 147 o utilizando el sistema de mensajería de Boti (15-5050-0147). Estas denuncias son clave para que las autoridades puedan actuar con rapidez, evaluando la situación del vehículo y retirándolo si cumple con las condiciones para ser compactado.
Un compromiso con la seguridad urbana
La eliminación de autos abandonados no solo contribuye a mejorar la salud pública, sino que también tiene un impacto directo en la seguridad. Los vehículos en desuso suelen ser utilizados como refugio para actos delictivos o vandalismo, generando preocupación entre los vecinos. Con esta política, la Ciudad busca devolver la tranquilidad a los barrios, liberando espacios públicos que pueden ser mejor aprovechados por la comunidad.
Este programa de compactación continuará desarrollándose en los próximos meses, reforzando el compromiso del gobierno porteño de mantener una Ciudad limpia, segura y saludable para todos sus habitantes.