
8 de junio de 2023 –
La disputa entre Macri y Larreta por los socios crea una grieta profunda en Juntos por el Cambio
La confrontación entre Macri y Larreta por los aliados sitúa a Juntos por el Cambio en un umbral de posible ruptura. El enfrentamiento no tiene límites: el Jefe de Gobierno introduce a José Luis Espert, en contra de la voluntad de Macri y Patricia Bullrich. El expresidente, desde Córdoba, lo acusa de “desestabilizar la coalición” debido al pacto con Schiaretti. Morales, Pichetto y Carrió también abogan por ampliar la alianza. La interna amenaza con fracturar la coalición opositora líder.
Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta han llevado este martes su disputa por el liderazgo de la oposición a un punto cercano a la no reversión. El asunto de las alianzas, con Juan Schiaretti como epicentro de la discordia, ha sido el detonante que pone en evidencia como nunca antes la división entre ambos, la cual amenaza con extenderse como una corrosiva mancha hacia el resto de Juntos por el Cambio.
El exmandatario ha aterrizado en Córdoba para respaldar la candidatura del radical Luis Juez, aunque se ha dedicado principalmente a confrontar con el Jefe de Gobierno, a quien acusa de “desestabilizar todo el sistema de la coalición” con su postura de incorporar al referente del Peronismo Federal. “Es hora de frenar”, dispara, para eliminar cualquier incertidumbre sobre su descontento con la jugada, a la que además tacha de “improvisada” y “falta de respeto”. El alcalde de la ciudad, lejos de encogerse, replica con una convocatoria inesperada a una reunión del PRO, en la que impone de forma unilateral la inclusión de José Luis Espert. Esto demuestra hasta qué punto puede tensarse la cuerda. Los demás líderes de la alianza, como Gerardo Morales, Elisa Carrió e incluso Miguel Pichetto, por ahora también respaldan la cruzada de expansión.
Córdoba, la cuna de la oposición, ha acogido a un Macri enfurecido. El expresidente ha elegido palabras contundentes para referirse a las negociaciones en curso entre Larreta y Schiaretti. Ha hablado de “improvisación”, “engaño” y “promesas vacías”. Solo le ha faltado decir en voz alta la palabra ruptura, una amenaza que sin embargo permanecerá en el aire al menos hasta el próximo 14 de junio, fecha límite para la inscripción de alianzas electorales. También deja entrever que el acercamiento con el gobernador cordobés se tramó a sus espaldas. “Todo sería diferente si el peronismo republicano se hubiese unido de forma planificada y reflexiva. Pero a solo ocho días de presentar alianzas, resulta ser una medida improvisada, que ha llevado a la coalición a una situación crítica”, dice. “Espero que se restaure el respeto y el diálogo”, pide.
Sin embargo, Larreta no muestra disposición a cumplir con esa solicitud. Por el contrario, ensaya el martes una maniobra al límite: convoca vía Zoom a una reunión urgente del PRO en la que delega en Federico Angelini, representante partidario ante la dirección central de JxC, la tarea de sumar a Espert. La misma consigna recibe Eduardo Machiavelli, hombre de confianza de Larreta, quien también se sumará de ahora en adelante a las reuniones nacionales de la alianza. En los próximos días, esto podría suceder también con Margarita Stolbizer. El mensaje implícito es claro: lo mismo podría suceder en un corto plazo con el propio Schiaretti. Con la aprobación de Macri o sin ella.
El comunicado del PRO tras la videoconferencia incluye palabras que parecen inspiradas en el discurso de Larreta. “Se reafirma el compromiso constante e inalterable del PRO de buscar la ampliación del frente JxC”, establece. Y detalla que “en ese contexto, se nombra con firma conjunta a Federico Angelini y Eduardo Macchiavelli, presidente y secretario general del Consejo respectivamente, para avanzar en las negociaciones orientadas a la inclusión de Espert”.
“Juntos por el Cambio necesita seguir sumando y eso es lo que hemos estado haciendo durante muchos años: sumar para derrotar al kirchnerismo. Pero además, ganar con el margen más amplio posible para asegurar presencia en el Congreso. No se trata solo de ganar la presidencia”, sostuvo Larreta temprano. Siguiendo su estilo, evade enfrentar directamente a su antiguo líder político y evita referirse explícitamente a la lucha interna. “Jamás he criticado a nadie en Juntos por el Cambio, no me involucro en peleas políticas porque no creo en eso. En todo caso, lucho contra la inflación o por una educación de calidad”, se excusa.
El fantasma de la ruptura y la posibilidad Milei
El fracaso el lunes de la mesa nacional de la alianza opositora dejó en el aire un indicio de ruptura. Aunque se decretó un receso ante la falta de consenso respecto a la inclusión de Schiaretti, no se descarta que el bloque liderado por Larreta, Carrió, Morales y Pichetto opte por imponer su mayoría en lugar de persistir en la búsqueda de consenso. La líder de la Coalición Cívica fue la primera en abrir esta posibilidad. “El costado oscuro de Mauricio está trabajando para que Juntos por el Cambio pierda. Pero nosotros tenemos dos tercios de la alianza para avanzar con nuestras condiciones”, advirtió.
Macri, con ironía, respondió a la provocación. “Debo hacer una confesión, qué mejor que aquí con los cordobeses. Tengo un costado oscuro, soy Batman”, bromeó. No obstante, no abordó la opción de una revuelta en la dirección central. El último obstáculo que le queda es Angelini, un dirigente afín. Su voto en contra forzó el receso el lunes. Si bien es una traba de naturaleza burocrática, podría dejar de serlo si “los dos tercios” con los que amenaza Carrió logran imponerse. Rodríguez Larreta ya ha tomado nota de esta situación e intentará sumar a Machiavelli a la dirección central.
El presidente de la UCR, Gerardo Morales, expresó su cansancio ante la situación y afirmó que “Juntos por el Cambio ha estado estancado durante tres meses debido a la lucha interna en el PRO”. El líder radical es uno de los que aboga por formar una nueva agrupación apartada de Macri y Bullrich, pero que también incluya al peronismo federal.
Pichetto, excompañero de fórmula de Macri, también demandó públicamente “la necesidad de ampliar”. Lo hizo junto a Larreta en un acto de campaña en la Ciudad. Los dos bloques quedaron así claramente distinguidos.
Alejándose de la propuesta mayoritaria del espacio, Macri volvió a sugerir su respaldo a Javier Milei, a quien elogia más que a sus propios compañeros de JxC. Afirmó, entre otras cosas, que entre el libertario y Bullrich no hay diferencias, solo “matices”. Estos “matices” incluyen la dolarización y el papel del Banco Central. Agregó que “lo mejor para todos es llegar a una segunda vuelta” contra La Libertad Avanza.
Milei, rápido para reaccionar, abrió la puerta a un posible acuerdo en caso de que la oposición se desmorone. “Llamaría a Bullrich para una coalición de gobierno, porque a todos los que están de acuerdo con la libertad, les abrimos las puertas”, afirmó, y tildó a JxC de “un espacio destinado al fracaso, ya que están luchando por los puestos”.
La lucha interna en Córdoba
En la Bolsa de Comercio cordobesa, Macri actuó como anfitrión: el líder de esa entidad, Manuel Tagle, es uno de los empresarios más cercanos al expresidente. Tagle intervino en la lucha interna y le pidió directamente a Rodríguez Larreta que “se retracte” de la estrategia de incluir a Schiaretti. Uno de los que aplaudió este interés fue Luis Juez, cuya candidatura a gobernador se vio perjudicada por la discusión pública en torno a una posible alianza.
Juez apareció el lunes en la sede de la UCR en Buenos Aires, donde se estaba desarrollando la reunión de la dirección central de JxC, con el objetivo de detener de alguna manera la inclusión de Schiaretti. “Nos hace perder nuestra identidad. Nos desorienta y nos coloca en una posición incómoda. Quizás ese no sea el camino. Somos el cambio o no somos nada”, afirmó. Su entrada sorpresiva dejó al descubierto la falta de apoyo de su propio partido. En este contexto, la visita de Macri a Córdoba brindó el respaldo que no había hallado entre sus correligionarios.
“Respeto a Luis Juez y apoyo su candidatura a gobernador”, trató de suavizar Larreta. No obstante, Juez golpeó la mandíbula del Jefe de Gobierno. Lo acusó de dejarse llevar por asesores y señaló a Guillermo Seita, que trabaja tanto para Schiaretti como para el Jefe de Gobierno, como el cerebro detrás del acercamiento entre ambos.
Macri también tuvo que justificar por qué cambió de parecer en relación a Schiaretti. “El peronismo cordobés no puede adelantarse; puede sumarse después y admitir que se equivocó al respaldar las leyes del kirchnerismo”, dijo.