
Cada 28 de julio se conmemora el Día Mundial de la Hepatitis, una fecha que rinde homenaje al Premio Nobel Baruch Blumberg, quien descubrió el virus y nació en esa misma fecha. Este día tiene como objetivo principal concienciar a la población sobre la importancia de la prevención, detección y tratamiento de esta enfermedad.
La hepatitis es la inflamación del hígado, un órgano vital que desempeña funciones fundamentales en el cuerpo humano. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 1 de cada 12 personas en el mundo vive con hepatitis B o hepatitis C.
Existen diferentes causas de hepatitis, incluyendo infecciones virales (como las hepatitis A, B o C), daño hepático por consumo de alcohol o sustancias tóxicas, efectos secundarios de ciertos medicamentos, entre otros. En muchos casos, la hepatitis puede ser asintomática y solo puede ser diagnosticada a través de análisis de sangre.
Para prevenir la hepatitis, es importante adoptar medidas como lavarse las manos con frecuencia, vacunarse contra la hepatitis A y B (ya que no existe vacuna para la hepatitis C), evitar el consumo de alimentos o agua contaminada, entre otras precauciones.
El Día Mundial de la Hepatitis también busca generar conciencia sobre la importancia de la detección temprana y el acceso al tratamiento adecuado. Organizaciones como la World Hepatitis Alliance trabajan para promover la prevención y el tratamiento de estas enfermedades a nivel global, con el objetivo de eliminar la hepatitis viral B y C para el año 2030.
A pesar de los avances en la lucha contra la hepatitis, aún queda mucho por hacer para frenar el número de casos y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por estas enfermedades