
Renovación de Memorias: Murales de Cromañón Recobran su Espacio
Durante el mes de abril, una serie de transformaciones en la infraestructura de la Estación Once del Ferrocarril Sarmiento resultaron en la retirada de los paneles que albergaban obras artísticas. Sin embargo, tras la voz unánime de las familias afectadas, finalmente se ha logrado que estos murales sean restituidos. Esta acción busca preservar y revalorizar la memoria colectiva de los trágicos sucesos que tuvieron lugar en Cromañón, un icónico establecimiento del barrio de Balvanera. La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires ha emitido una declaración de “Interés Cultural” para estos murales, ya que encapsulan una perspectiva generacional sobre lo ocurrido en este emblemático lugar.
Estas obras artísticas han adquirido un significado fundamental para honrar la memoria de las 194 personas que perdieron la vida y las más de 1400 heridas en el incendio trágico que tuvo lugar la noche del 30 de diciembre de 2004 en el boliche República Cromañón, durante un concierto de la banda de rock Callejeros.
En un esfuerzo continuo por mantener viva la memoria y rendir tributo a las víctimas, los sobrevivientes y familiares siguen luchando para transformar el lugar donde antes se alzaba el boliche en un espacio de conmemoración. La propuesta es que este nuevo espacio de memoria se sume al ya existente sobre la calle Bartolomé Mitre.
Sin embargo, el camino hacia la preservación de estos murales y la conversión del lugar en un espacio de memoria ha estado lleno de obstáculos. El Tribunal Oral Criminal 24 decidió devolver el inmueble a la empresa Nueva Zarelux S.A., propiedad del empresario Rafael Levy, quien fue condenado en diciembre de 2014 a cuatro años y medio de prisión por su papel en la tragedia de Cromañón. A pesar de los esfuerzos de los familiares y sobrevivientes, los proyectos de expropiación y patrimonialización del local no tuvieron éxito en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Trágicamente, el boliche fue vaciado, las pertenencias de las víctimas fueron descartadas y las marcas dejadas por las manos en las paredes, que contaban la historia del dolor y la supervivencia, fueron ocultadas bajo capas de pintura.
Uno de los murales más emblemáticos, llamado “Atrapados”, fue creado en 2006 por los trabajadores de la empresa recuperada Zanon de la Provincia de Neuquén. Compuesto por 25 piezas de cerámica, este mural fue un testimonio conmovedor que honra las vidas perdidas y la resistencia de aquellos que sobrevivieron a la tragedia.