
A finales del año pasado, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dio un paso significativo hacia la inclusión educativa al aprobar la creación de espacios dedicados a la regulación emocional y la calma sensorial dentro de las escuelas. Esta iniciativa, dirigida a estudiantes neurodivergentes, busca proporcionar un ambiente de aprendizaje más amigable y adaptado a sus necesidades específicas.
Estos espacios, diseñados con elementos que fomentan la tranquilidad y la concentración, buscan ser un refugio para aquellos alumnos que puedan experimentar sobrecarga sensorial o dificultades en la regulación de sus emociones. La medida responde a una creciente conciencia sobre la diversidad neurológica y la importancia de brindar entornos educativos que permitan a todos los estudiantes alcanzar su máximo potencial.
Además de las escuelas, la ciudad también está expandiendo esta visión inclusiva hacia el espacio público. Varias plazas porteñas ya cuentan con sectores especialmente acondicionados con el mismo propósito: ofrecer espacios de calma sensorial para niños y adolescentes neurodivergentes. Si bien no se especificó la localización exacta de estas plazas, este enfoque dual subraya el compromiso de la ciudad con la inclusión integral, tanto dentro como fuera del ámbito escolar.
Esta noticia representa un avance importante en la consolidación de una ciudad más accesible y respetuosa con la diversidad. Se espera que estas iniciativas contribuyan a mejorar el bienestar y el desarrollo de los niños y jóvenes neurodivergentes de Buenos Aires.