
Las plazas y parques de la Ciudad florecen como auténticas joyas, donde el deporte y el juego al aire libre ganan vida, transformando el paisaje urbano en un escenario vibrante. Este año, en sintonía con las decenas de obras de renovación y mejora que han embellecido cada rincón de los barrios porteños, la Ciudad ha forjado un nuevo hito con la transformación del Parque Avellaneda, brindando un nuevo circuito deportivo y un patio de juegos rejuvenecido.
Bailes entre los temas del deporte y el medio ambiente, estas intervenciones ejecutadas con esmero por la Dirección General de Obras y la Dirección General de Espacios Verdes y Arbolado invitan a sumergirse en espacios lúdicos, accesibles e inclusivos, donde cada individuo puede encontrar su rincón de disfrute.
“Trabajamos codo a codo con las 15 comunas para crear infraestructura deportiva y de entretenimiento en nuestros espacios verdes, incentivando la plenitud de experiencias tanto para los más pequeños como para nuestros queridos vecinos”, destacó con orgullo Julia Domeniconi, Secretaria de Atención Ciudadana y Gestión Comunal. Más de 200 intervenciones han cobrado vida, dando lugar a nuevos circuitos de calistenia, canchas deportivas y renovados patios de juegos.
En el Parque Avellaneda, las transformaciones han sido notables, englobando la revitalización del patio de juegos más extenso del lugar y la creación de un circuito aeróbico que da vida a un nuevo espacio verde de 200 metros cuadrados.
El patio infantil, extendido sobre 700 metros cuadrados y delimitado por la Avenida Directorio y las calles Lacarra y Florentino Ameghino, ha sido metamorfoseado en un escenario de fantasía. El flamante mangrullo principal, con su diseño que evoca un bosque, se compone de materiales cuidadosamente combinados, incluso introduciendo plásticos reciclados que imitan la madera, como toque de novedad. Los elementos de juego, una oda al deporte y la naturaleza, invitan a los más jóvenes a escalar lomadas que emulan pelotas de básquet, fútbol y tenis, sobre un suelo amortiguante con un patrón reminiscente de una pista de atletismo. Sumándose a la diversión, un área de juego se inspira en un arenero, y la paleta de colores naturales domina, entre marrones y verdes.
Este espacio, dedicado a los más pequeños, ha sido concebido como un reino de recreación, con opciones para todas las edades. El juego se combina con elementos didácticos, ofreciendo circuitos lúdicos y áreas de descanso para los adultos, que pueden observar y cuidar a los niños mientras disfrutan de un equipamiento diseñado para mejorar la experiencia en la plaza. Además, se ha rediseñado el cierre del patio, que ahora se entrelaza con canteros repletos de vegetación, generando una nueva barrera paisajística que se fusiona con la belleza natural. Los límites de la plaza también han sido redibujados, mejorando los accesos y trazando nuevos caminos que se integran con el entorno de la calesita.
En el Parque Avellaneda, las transformaciones han sido notables, englobando la revitalización del patio de juegos más extenso del lugar y la creación de un circuito aeróbico que da vida a un nuevo espacio verde de 200 metros cuadrados.
El patio infantil, extendido sobre 700 metros cuadrados y delimitado por la Avenida Directorio y las calles Lacarra y Florentino Ameghino, ha sido metamorfoseado en un escenario de fantasía. El flamante mangrullo principal, con su diseño que evoca un bosque, se compone de materiales cuidadosamente combinados, incluso introduciendo plásticos reciclados que imitan la madera, como toque de novedad. Los elementos de juego, una oda al deporte y la naturaleza, invitan a los más jóvenes a escalar lomadas que emulan pelotas de básquet, fútbol y tenis, sobre un suelo amortiguante con un patrón reminiscente de una pista de atletismo. Sumándose a la diversión, un área de juego se inspira en un arenero, y la paleta de colores naturales domina, entre marrones y verdes.
Este espacio, dedicado a los más pequeños, ha sido concebido como un reino de recreación, con opciones para todas las edades. El juego se combina con elementos didácticos, ofreciendo circuitos lúdicos y áreas de descanso para los adultos, que pueden observar y cuidar a los niños mientras disfrutan de un equipamiento diseñado para mejorar la experiencia en la plaza. Además, se ha rediseñado el cierre del patio, que ahora se entrelaza con canteros repletos de vegetación, generando una nueva barrera paisajística que se fusiona con la belleza natural. Los límites de la plaza también han sido redibujados, mejorando los accesos y trazando nuevos caminos que se integran con el entorno de la calesita.