
En este artículo, el autor Martín Smud reflexiona sobre las fake news (noticias falseadas) y su papel en la política contemporánea, así como su impacto en la sociedad en general. El autor destaca que las fake news no son simplemente noticias falsas, sino que son noticias que han sido distorsionadas o manipuladas de manera intencional para generar un efecto específico en la opinión pública.
El autor menciona que las fake news son utilizadas de manera estratégica en temporadas electorales para influir en el resultado de las elecciones. Estas noticias distorsionadas se han convertido en una herramienta de desinformación y manipulación que puede afectar tanto la gobernabilidad política como la convivencia humana en todo el mundo.
El artículo también critica cómo las tecnologías de la información, en particular las redes sociales, han permitido la dispersión masiva de noticias falseadas. A pesar de que se esperaba que las redes sociales diversificaran las fuentes de información y proporcionaran múltiples perspectivas, en realidad, han creado un entorno en el que la viralización y el compartir sin cuestionar se convierten en la norma. Esto ha llevado al surgimiento de trolls y calumniadores profesionales que se benefician de la viralización de noticias falseadas.
El autor destaca cómo las redes sociales, que inicialmente se consideraron una forma de democratizar la información, ahora están siendo utilizadas para propagar desinformación y desacreditar a candidatos políticos. Además, las corporaciones tecnológicas detrás de estas plataformas a menudo permiten y fomentan la viralización de fake news, ya que beneficia sus intereses económicos y políticos.
El artículo aborda la diferencia entre la culpa y el dolo en el acto de difundir noticias falseadas. Mientras que la culpa implica errores en la comunicación que pueden ser rectificados, el dolo se refiere a la intención de difamar o calumniar a alguien, independientemente de la veracidad de la información. Las fake news se centran en el dolo, en la calumnia y en destruir la reputación de los individuos.
En última instancia, el autor subraya que las fake news son una amenaza para el tejido social y político, ya que pueden obstaculizar la participación política, influir en las elecciones y socavar la confianza en la información. Proporciona una perspectiva crítica sobre cómo las fake news se han convertido en un instrumento poderoso de la praxis política y cómo su proliferación ha impactado negativamente en la percepción de la verdad y la confianza en la información.